domingo, 18 de noviembre de 2012

Antorcha en mano


“¿Y este correo electrónico? ¡Uy! Espera, espera…que igual no lo estoy leyendo bien. A ver, que lo vuelvo a leer… No, no, pues sí que lo he leído bien… No puede ser. Esto es una broma…”


Estos son los primeros pensamientos que se me cruzaron por la cabeza tras recibir un email muy importante. Un email con noticias buenas…MUY BUENAS. Uno de esos que hace que se te salga el corazón del pecho y los ojos de las órbitas.

Y es que ya me lo decían mis padres cuando acababa medio muerta después de un entrenamiento de atletismo: “El esfuerzo siempre tiene recompensa”. Ahora me doy cuenta de que es cierto. Y no solo en el deporte, sino también en todos los demás ámbitos de nuestras vidas.


Ahora, después de leer y releer el intercambio de correos con…“Mr. X” unas cincuenta veces, empiezo a creérmelo. Empiezo a asimilar que es cierto, que es real y que esto marcha hacia delante, ¡viento en popa a toda vela!



Por el momento no puedo contar nada sobre el proyecto, pero quería compartir con vosotros que estoy contenta, muy contenta. Y deciros a todos los que estéis desanimados, sin esperanzas, seáis traductores o no, que no tiréis la toalla. No os dejéis caer, porque aunque te cierren una puerta en la cara y te den en las narices, hay ventanas, tragaluces, ojos de buey, trampillas en el suelo y hasta pasadizos secretos. Sí, vale, los pasadizos secretos están oscuros y llenos de telarañas, pero… ¿dónde suelen estar escondidos los tesoros, detrás de una puerta abierta o al fondo de un pasadizo secreto? Así que coged vuestras antorchas, poneos ese sombrero que tan bien le queda a Harrison Ford y adentraos sin miedo. El mundo está hecho para los valientes.


Es una entrada corta, pero he dicho todo lo que puedo decir por el momento… Os mantendré informados a medida que vaya avanzando por mi pasadizo secreto...