jueves, 8 de marzo de 2012

¡Tú sí que vales!

Ante todo, me gustaría agradeceros la bienvenida a la “blogosfera”, la verdad es que me hace mucha ilusión que haya alguien al otro lado de la pantalla. Como veis, he “tuneado” un poco el blog para personalizarlo.  Incluso he quitado el "captcha" de los comentarios y le he puesto RSS (creo), tal y como recomendó Pablo en Twitter. Voy poquito a poco, pero voy. 


Ya entrando en materia, me gustaría compartir con vosotros una anécdota que le conté hace unos días a una compañera.

Al acabar la carrera, me puse a buscar trabajo para pagarme el máster y conseguí una entrevista en una agencia de traducción. Nada más entrar, el señor que me entrevistó me miró con una cara como de sorpresa y cuando yo le devolví la mirada con mi cara de "WTF?", me dijo: “vaya, no me esperaba que fueses tan joven”. Yo tenía 23 años.

La entrevista siguió su curso normal y al acabar, el hombre me dijo: “la verdad es que tienes un buen currículum para tu edad y bastantes prácticas en empresas. Y desde luego nos vendrías muy bien. El problema es que, de cara a nuestros clientes, la imagen que daríamos teniendo a alguien tan joven es la de una agencia poco seria. Los jóvenes parece que tenéis poca experiencia y los clientes no se fían, nos piden traductores que lleven ya bastantes años de carrera. Tú no te preocupes, que el mundo de la traducción es así. De momento, ponte a dar clases particulares a niños y mira a ver si puedes ir haciendo alguna traducción esporádicamente. Yo calculo que hacia los 30 años encontrarás algo de traductora, pero de momento, no”.

Después de esa entrevista se me quitaron las ganas y la ilusión que sentía por la traducción. Vale, es obvio que no tengo la misma experiencia que un traductor que lleve 20 años dedicándose a esto, pero si no me haces ni una prueba de traducción, ¿cómo sabes si tengo talento? Es indiscutible que en nuestro trabajo, además de necesitar experiencia, necesitamos tener talento, un talento innato. Y esta vez no hablo solo de traducción audiovisual, sino de todas las ramas de la traducción, e incluso de la interpretación. Un traductor literario, por ejemplo, necesita tener un talento fuera de lo normal para traducir poesía, un intérprete necesita unos nervios de acero y un traductor audiovisual no es nada sin una imaginación prodigiosa. Todo esto se intensifica con la práctica y con la experiencia, por supuesto. Pero dame al menos la oportunidad de demostrarte si valgo o no valgo.

Por suerte, al empezar el MTAV conocí personas que, con mi misma edad o unos años más, han conseguido llegar alto y que son todo un referente en este mundo. Yo voy siguiendo poquito a poquito sus pasos, aprendiendo de ellos y tratando de mejorar cada día. En parte, conocer a esas personas ha hecho que me decidiera a crearme este blog. Así que… ¡GRACIAS!

7 comentarios:

  1. Si te digo mi opinión... Me parece una gran chorrada el comentario que te hizo tu posible jefe y me parece que solo fue una excusa para despacharte. ¿Desde cuándo los clientes saben la edad de los traductores, sobre todo si probablemente no los vean en su vida? No sé para qué te llama si solo busca a gente a partir de 30. Yo empecé en una agencia con 22 y en Nintendo con 23. Que no te afecten estas tonterías... :P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que ahora pensándolo fríamente, ese comentario no se sostiene por ningún lado… Ya me di cuenta de que la edad no tiene nada que ver, lo que importa es el esfuerzo, las ganas y como dije, el talento :) ¡Bueno, y un poco de suerte también! Además, ¿no revisan los datos de los traductores que les piden trabajo? En mi CV pone mi edad bien clarita... La próxima vez que me pase algo parecido, ya no me afectará :)
      ¡Muchas gracias!

      Eliminar
    2. PS: Se me ha olvidado poner por ahí que estaría bien promover un movimiento "Tú sí que vales" entre traductores (de ahí que haya puesto el mismo título que una de tus entradas). ¡Que cada uno cuente en una entrada una anécdota parecida! Así, con este movimiento podemos motivar a traductores que anden un poco bajos de ánimo por jefes/agencias/clientes "tocapelotas" ^^

      Eliminar
  2. Pues sí, como dice Pablo, si los clientes muchas veces ¡ni si quiera saben qué cara tiene el traductor!
    A mí me pasó algo curioso también con una jefa de una agencia. Les pregunté ¿Ustedes utilizan trados?
    Me miraron (eran la jefa y una empleada), se miraron, rieron y me dijeron: "Uy no, eso no sirve de mucho, lo que utilizamos nosotras son, a ver es que quizá no entiendas el término porque es jerga del gremio, lo que utilizamos nosotras son... textos paralelos"
    Viéndolo así, mejor que no trabaje para esta agencia...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si es que nos tratan de tontos a veces… ¿Cómo no vas a saber a estas alturas lo que es un texto paralelo? En fin, como tú dices, mejor no trabajar para esas agencias…
      ¡Un beso!

      Eliminar
  3. Este país es un desastre, entre muchas otras razones, porque salvo honrosas y escasas excepciones, los "jefes" suelen ser unos memos de aúpa. Es bastante descorazonador que a una persona, recién acabada la carrera, le suelten lo que a ti te soltó ese individuo. Bienvenida a la blogosfera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo sé, pero bueno, de estas experiencias tenemos que aprender que la vida no es fácil y que las cosas no vienen solas, sino que hay que ir a buscarlas.
      ¡Muchas gracias por la bienvenida!

      Eliminar